Retazos de la Historia

La idea de la creación de la Cofradía del Resucitado quedó plasmada en una idea lanzada por el articulista Casiano Campillo en la revista local Carthago Nova en el año 1928. En el artículo incidía en que ese mismo año la Cofradía California habían creado la llamada «Procesión del silencio», el Jueves Santo, con lo que adelantaban a la Cofradía Marraja en número de cortejos. Así, el citado periodista escribía:

“…de esperar es que los morados, que de antiguo vencían en número de procesiones a los de enfrente, organicen un moderno cortejo procesionil, que bien pudiera ser la procesión del Resucitado, y de esta forma podríamos disfrutar de casi una total semana procesionista. Todo será que lo piensen, pues la buena voluntad da siempre frutos favorables”.

No sabemos si tal comentario del citado periodista, que ejercía su labor también en Cartagena Nueva, era de su propia cosecha o pertenecía a una idea latente en algunos miembros de la Cofradía Marraja. Sea cual sea la realidad, nada se hizo entonces y tendrían que pasar algunos años, los que discurrieron entra 1928 y 1940, para que se volviera a recoger en la prensa esta idea. Así al terminar la Semana Santa de 1941, la primera en la que hubo procesiones tras el paréntesis de la Guerra Civil fue cuando en la Hoja Oficial de Cartagena, el articulista y cofrade Marrajo Juan Jorquera del Valle, que firmaba sus colaboraciones como Juan Solitario, escribió el 27 de marzo que “apenas transcurridos unos días del final de esta Semana Santa, los morados anuncian de una manera casi oficial la constitución de una nueva agrupación en su seno».

Estaba claro para un grupo de entusiastas procesionistas que consideraban que las procesiones de Semana Santa Cartageneras quedaban incompletas si no se celebraba la Procesión de la Resurrección.

En esos momentos se había concebido como una agrupación dentro de la Cofradía Marraja. La primera reunión oficial para la constitución de la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Resucitado se llevó a cabo en el local de la Cofradía Marraja en la calle Adarve número 21, el 12 de abril de 1940. A ella, citados por Juan Jorquera, asistieron: Wenceslao Tarín Ruiz, José Bonmatí Azorín, Luis Rivero Rivero Sevilla, Francisco Martínez Candel, Natalio Murcia Collado, Alfonso Martínez Céspedes, Manuel Hidalgo Manzanares y el convocante.

Existen en los archivos de la Cofradía Marraja unos documentos, fechados el 18 de abril de 1940, en los que se hace referencia a “Reglamento, objeto y fines de la Agrupación de Jesús Resucitado”, haciéndose constar expresamente su constitución al amparo de la Cofradía Marraja. Se establecían como fines:

“…Organizar la procesión de Jesús Resucitado el Domingo de Resurrección, costearse túnicas y capuces, capas y cuantas prendas de adorno puedan favorecer el mayor éxito de la misma, costear… la imagen del Cristo y en su día… el trono para el mismo”.

Autorizada la constitución por el Cabildo de la Cofradía el 15 de abril de 1940, siendo Hermano Mayor marrajo Inocencio Moreno Quiles, se realizaron infinidad de reuniones para tratar el ilusionado proyecto, pero la Junta de Mesa no terminó por dar su aprobación.

En el año 1942, concretamente en el mes de abril, se había confeccionado un “Proyecto de Adquisiciones y Plan General de la procesión del Resucitado para el año 1943″, prueba inequívoca de que sus promotores estaban decididos a llevar a cabo el proyecto, con o sin la colaboración de la Cofradía Marraja.  Figuraban en aquel proyecto como temas prioritarios la adquisición de una imagen y la confección de un estandarte pintado al óleo sobre raso azul celeste festoneado con cordón de oro, de plata o de seda… según disponibilidades económicas.

Efectivamente se realizó tal sudario. En la prensa de 24 de abril de 1943 se anunció su confección “por el afamado artista Don Vicente Ros”, considerándose “…un acierto de expresión profundamente teológica. Del centro, merced a la hábil combinación de los colores, parece querer desprenderse el Hijo del Hombre”. En su parte superior e inscrito en una especie de cinta figura la inscripción “RESURREXIT” (Resucitó).

Se hizo el encargo de la imagen al prestigioso escultor Juan González Moreno, no sin antes haber desechado otras opciones de las escuelas castellana, andaluza y levantina.

Los promotores de la idea costearon de su peculio particular la primera entrega que habría de hacerse al escultor, siendo entregada la imagen y realizándose la primera procesión en condiciones ambiguas, pues la prensa local del 9 de abril de 1943 hacía la salvedad de que la agrupación era “…completamente autónoma”.

La primera salida en procesión se realizó el día 25 de abril de 1943, en condiciones altamente precarias, ya que, al no poderse confeccionar las túnicas, se aceptó el ofrecimiento de las agrupaciones marrajas de San Juan, Agonía y Descendimiento, las que se diferenciaban claramente por el color de las botonaduras rojas, moradas y jínjol.

Basándose en los criterios generales establecidos en 1942, aunque con bastantes restricciones y cambios, se establecía definitivamente que “…tras el estandarte de raso blanco y azul con el emblema de la agrupación, formarían dos filas de penitentes con túnica de lanilla blanca, capirote de raso blanco, cíngulo azul, zapatillas de charol con hebillas de plata y lazo azul y guantes de piel blanca”. Y se fijaba también (según consta en cita periodística de 19 de abril de 1943) que “…cada penitente portará en sus manos un banderín de raso blanco… puesto en una vara de cruz labrada de bronce”.

Delante del único trono de la procesión, pequeño y sencillo, marcharía “…una orquesta (novedad no prevista antes) y un orfeón”. Y entre las dos filas de penitentes se contaría con la presencia “de gran número de niños vestidos de monaguillo y ángeles con campanillas e incensarios”. Cerraría el cortejo, como ya era habitual: “el clero y representación de los cofrades”.

Con toda urgencia se estudió el recorrido, considerándose el más idóneo y preparado para el lucimiento el que habría de discurrir por la calle del Aire, Plaza de Prefumo (San Sebastián), Puerta de Murcia, Santa Florentina, San Fernando, Plaza de Máiquez (Sevillano), Serreta, Caridad, Plaza del Risueño, Duque, Cuatro Santos, Aire, Cañón, Subida a la Muralla, Monjas, Plaza del Ayuntamiento, Mayor, de nuevo Prefumo y Aire y conclusión en Santa María.

Las crónicas periodísticas encargadas de resaltar el acontecimiento no fueron demasiado explícitas, aunque sí se dijo que “…las calles se llenaron de gente, que los balcones se engalanaron profusamente, que fue constante el repiqueteo de campanas y el estallido de cohetes, y que sobre Jesús Resucitado llovieron los pétalos de rosa”. Descripción ésta ciertamente lacónica, pero bastante descriptiva.

Algo que llamó poderosamente la atención durante este primer desfile del Domingo de Resurrección de 1943, y que suscitó comentarios muy elogiosos, fue que al llegar el cortejo frente al templo de la Santísima Virgen de la Caridad: “…fueron abiertas de par en par sus puertas, y vuelto el trono del Resucitado hacia la imagen de la Patrona, los portapasos echaron pie a tierra haciendo todavía más emocionante el encuentro».

En vista del éxito obtenido por esa primera salida de la procesión y del vacío legal en el que quedaban los componentes de la Agrupación, sus organizadores solicitaron al Iltmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Cartagena, Mons. Miguel de los Santos Gomara, la necesaria autorización para constituirse en Cofradía, autorización que les fue concedida el 29 de diciembre de 1943.

Es pues esta fecha la que, con exactitud, señala la fundación de la Cofradía. Resultó elegido primer Hermano Mayor José Antonio Pérez González, siendo fundadores Julio Sarabia, Francisco Sarabia, Manuel Hidalgo, Natalio Murcia, Juan Jorquera, José Zarco, Eduardo Cañabate, José Bonmatí, Antonio Vera, José Escarabajal, Dolores Bonilla, Rosendo Bretau, José Aullón, Esteban Satorres y Rafael Faz.

Tras estos primeros años, difíciles y con una más que precaria economía pero con una ilusión desbordante, se siguió trabajando, logrando en años sucesivos la incorporación de las agrupaciones que hoy lo componen. En primer lugar, la Agrupación de la Santísima Virgen del Amor Hermoso (1946), tras ella La Agrupación de la Aparición de Jesús a la Magdalena (1947), Soldados Romanos (1949), Aparición a los Discípulos de Emaús (1957) y Aparición a Santo Tomás (1963). Con estas seis agrupaciones llegaría el 25 aniversario (Bodas de Plata).

En 1982 se fundaron las Agrupaciones del Santo Ángel de la Cruz Triunfante, Sepulcro Vacío, Aparición a los Apóstoles en el Lago de Tiberíades y San Juan Evangelista, creándose en el año 1998 la del Santísimo Cristo de la Resurrección, y en 2014 la Agrupación de Escoltas y Honores, quedando configurada la Cofradía con sus actuales Agrupaciones

Durante este periodo sucedieron al Hermano Mayor fundador, Eduardo Cañabate Navarro, Joaquín Boj Segado, Ángel Lorente Gallurt, Benito Martínez Escolar, Tomás Martínez Pagán, Bernardo Simó Barreto, Ramón Pérez Saura y la actual Doña María Encarnación García Boj, elegida el 26 de enero de 2022, siendo la primera mujer que ostenta tal cargo en nuestra Cofradía. Actualmente (2023) ostenta también la presidencia de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Cartagena.

Por decreto del Iltmo. y Rvdmo. Obispo de Cartagena, Mons. Javier Azagra Labiano, de fecha 18 de julio de 1.984, se autorizó a utilizar el título de Ilustre, al tenerse muy en cuenta “…sus dilatados años de existencia y su contribución a la religiosidad popular y a las tradiciones pasionarias de la ciudad.”

Con fecha 14 de septiembre de 1.987, al haber aceptado S.M. El Rey D. Juan Carlos I, el nombramiento de S.A.R.  El Príncipe de Asturias como HERMANO MAYOR HONORARIO de la misma, se autorizó a la denominación de Real y a la inclusión en su escudo de la corona real.


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